Ayuntamiento de Alhama de Aragón

Historia

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Cuenta una leyenda...

o al menos existe la hipótesis de que en tiempos remotos fueran los Druidas los primeros conocedores de nuestras aguas y por tanto primeros pobladores. Daban culto al Sol a la Luna y a cualquier cosa que les pareciese mágica, con alguna virtud o eficacia para el hombre. Es de suponer por tanto que entre estos elementos estaba el agua caliente, y que unas piedras en el cerro del Martillo pudiesen ser un dolmen o un monumento megalítico.

Posteriormente Celtas e Iberos llegaron a la península, de esta fusión, los Celtíberos tenían en la zona una de las principales ciudades, (en la actual Calatayud), según cuenta el poeta bilbilitano Marcial, la propia denominación de Bilbilis podría provenir de la voz celta Bildidik, “lo que hierve”. Es también Marcial el que describiendo la comarca de bilbilitana habla de bañarse en invierno en el tibio lago de CONGEDO, denominación que se cree fue el primitivo nombre ibero de Alhama.

Más tarde, el emperador Antonino Augusto, según cita el historiador Pascual Madoz, se refiere a la importancia de Aquae Bilbilitanae (denominación latina) como lugar de asentamiento romano y lugar de descanso de la guardia pretoriana, donde estuvo la vigésima quinta mansión de la vía militar, punto estratégico importante entre Emérita Augusta (Mérida) y Caesaraugusta (Zaragoza). En esta zona igual se curaba el cuerpo de los soldados con el agua caliente de los manantiales, que se templaban los aceros de las espadas con el agua fría del Jalón. Sus habitantes se denominaban aquenses.

Calle Antonio Pérez (Alhama de Aragón)
Viaja…
a través de la historia

De la dominación árabe tendremos la denominación actual Al-Hamman, que significa “los baños” derivo en Alhama. Aunque se cree que su origen ya fue romano, se perdió su rastro durante la invasión de los bárbaros, para volver a recuperarse como Baño del Moro, dos bañeras naturales en la roca en las que mana abundante agua termal. También vestigio de esta época es el Castillo, aunque fue restaurando en el siglo XV por alarifes mudéjares.

Plaza de Joaquín Costa (Alhama de Aragón)

Con la reconquista y la formación del Reino de Aragón, no es hasta el 16 de agosto de 1122, cuando volvemos a tener noticias de que Alfonso I El Batallador, reconquista Alhama. Dice el célebre historiador aragonés Zurita, que Alhama tenía siempre su castillo en jaque y defensa por situarse en el límite de la frontera entre Castellanos y Aragoneses. El castillo y el recinto amurallado alrededor de él recogía a todos los vecinos que en él se refugiaban y se cree que tenían abastecimiento de agua porque estaba conectado con el río Jalón.

Entre los años 1361 y 1366, con las constantes refriegas entre castellanos y aragoneses, entre las guerras de los Pedros, Pedro I el Cruel de Castilla y Pedro el Ceremonioso de Aragón, el castillo pasaba de unas manos a otras. Así mismo entre 1361 y 1336 con Juan II en Castilla y Alfonso V en Aragón.

No será hasta firmada la paz en 1454 que dependa definitivamente de Aragón. De aquí en adelante la historia de Alhama transcurre paralela al resto de la situación social del país. Con su máximo apogeo y esplendor en el Renacimiento, la aristocracia y la burguesía encuentran fuente de salud en los manantiales. El siglo XIX supone un apogeo para Alhama cuya población duplicaba la actual.

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